La ciudad tiene excelentes cafés, bares, bistrós para el buen "chill out"
Baltimore es el destino perfecto para quienes buscan lugares donde simplemente relajarse. La ciudad, un baluarte reconocido de la bohemia artística estadounidense, está llena de cafés, bistrós, pubs y bares en los que no entra el estrés.
Nuestra primera parada es en B. El encantador bistró, ubicado en el barrio de Bolton Hill, tiene un ambiente muy agradable, platos deliciosos y una historia al menos curiosa. La casa fue creada y administrada por Qayum Karzai, el hermano mayor de Hamid Karzai. Si tiene buena memoria recordará que Hamid fue elegido en 2001 como el primer presidente de Afganistán tras el derrocamiento del régimen talibán por parte del gobierno estadounidense. ¡El bistró es una prueba de lo bien que el país recibe a quienes vienen a trabajar!
Salimos del relax de Bolton Hill y nos dirigimos al barrio más caro de Baltimore. Roland Park es algo así como Jardins (São Paulo), Savassi (en Belo Horizonte) o Leblon (en Río de Janeiro), y Petit Louis Bistro refleja el encanto y el refinamiento de su entorno. Con platos para dos a partir de 80 dólares, la casa ofrece una experiencia refinada.
Sin embargo, si juegas en el equipo que prefiere una buena cerveza, ¡la ciudad más grande de Maryland también ofrece opciones! The Brewer's Art reúne cervecerías locales con etiquetas importadas de todos los continentes, ofreciendo una órbita alrededor del mundo cervecero sin salir de N Charles St.
Baltimore está separada de Washington DC para un agradable viaje de 45 minutos. La ciudad es un destino muy agradable para cualquiera que visite la capital del país más rico del mundo, ¡y es tan buena para familias como para parejas o viajeros solitarios! Cualquiera que sea tu idea de viaje, ¡dinos que tengamos un servicio discreto, seguro y cómodo 100% en portugués! ¡Permítanos guiarlo por el alma de los Estados Unidos de América!
-
INCANSABLE
Como decíamos al principio del texto, Baltimore es la dirección de muchos artistas. El movimiento migratorio se inició a finales de la década de 1990 y principios de la de 2000, cuando el bajo costo de vida de la ciudad en comparación con otras metrópolis hizo que fuera buscada por artistas, músicos, pintores y artistas con menores posibilidades económicas. Es un movimiento similar a lo que sucedió en ciudades como San Francisco en la década de 1960 o Berlín tras la caída del Muro.